Mi amigo Pedro es profesor de matemáticas en un instituto de secundaria de la provincia de Jaén. El otro día el profesor- tutor de 2º de Bachillerato le comentó que en una tutoría con un alumno de la clase, éste le había comentado que Pedro le tiene manía.
Pedro se quedó un poco parado, porque no se esperaba que el profesor-tutor de 2º le dijera eso, a la vez, que pensó que un chico de 18 años puede pensar algo que es de niños de siete años.
Al día siguiente Pedro habló con el susodicho, y deshizo el entuerto. Le explicó a su alumno que él no tiene manía a nadie, y que esas cosas son de nenes pequeños y que nunca tienen razón.
El alumno, después de la conversación, le pidió disculpas a Pedro, y le prometió no volver a pensar algo parecido.
Yo le comenté a Pedro que me había parecido fenomenal que deshiciera el entuerto, porque hablando se entiende la gente.
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