domingo, 18 de noviembre de 2007

¿Cuesta pedir perdón?

Un amigo me ha llamado hoy, domingo, por teléfono. Quería hablar conmigo personalmente. Le he dicho que mejor mañana por la tarde, mientras nos tomamos un café. Se ha negado, quería hablar conmigo hoy mismo. Yo un poco asustado, porque no quería decirme nada a través de la línea telefónica, le he citado por la tarde en casa. Después de comer ha aparecido. Me ha contado que en su trabajo, su director, le riñó, en un tono muy fuerte, por un incidente que ocurrió el viernes en su empresa. Mi amigo se vio envuelto en un enredo. El causante ha sido su jefe superior, porque no escuchó las dos partes en litigio: mi amigo y otro trabajador de la empresa, éste último no tenía razón, había mentido. Durante la conversación con su director se deshizo el entuerto, y quedó claro que había sido un enredo.
Jaime me cuenta, apenado, que nadie le ha pedido perdón, que nadie le ha dicho: “me he equivocado, perdona”.
Yo le he contestado que pedir perdón, hoy, cuesta mucho, porque somos soberbios, nos cuesta humillarnos y, sobre todo, rectificar. También le he recomendado que agarre a su jefe superior y que le diga que le ha hecho daño, y que tiene que reparar el desperfecto que le ha hecho, porque posiblemente, que es más grave, su encargado, por los ajetreos de la vida, no se haya dado cuenta del perjuicio que ha cometido.

martes, 13 de noviembre de 2007

El mundo al revés

Esta mañana he desayunado con un amigo de la infancia, lo primero que me ha dicho, es que se ha divorciado de Manoli, su esposa. Yo extrañado, le he preguntado cómo ha sido, porque hace pocos días estuvimos juntos y no observé nada raro. Me ha respondido que los trámites de divorcio han durado un mes y medio.
Por la tarde, paseando por Jódar, me he encontrado con Antonio, me ha invitado a una cerveza. Le he visto un poco nervioso y le he preguntado a qué era debida su intranquilidad. Me ha dicho que lleva tres meses intentando darse de baja de una compañía telefónica, y no hay manera.
Me parece que el mundo está al revés, te puedes divorciar en un mes, y en tres meses no hay manera de darse de baja de una compañía telefónica.

"¿Por qué no te callas?"


Son muchos los lectores de mi blog, que me han recriminado que no haya hecho ningún comentario sobre la famosa frase del rey don Juan Carlos: “¿Por qué no te callas?
Después de pensarlo y meditarlo, me parece acertado el pequeño regaño de mis amigos. A veces, por no decir siempre, nos quejamos de lo malo, y casi nunca nos felicitamos por lo bueno.
Me parece fenomenal que el rey le dijera la ilustre expresión a Hugo Chávez. El rey, como jefe del Estado, tiene la obligación de defender a España y a todos los españoles allá donde se encuentre, porque una de sus funciones es proteger a todos los ciudadanos de este país.


lunes, 5 de noviembre de 2007

"El Quijote" en pequeñas dosis

Al poco tiempo de iniciar el curso, en la primera quincena de septiembre, un alumno de 2º de Bachillerato me pidió que le recomendara un libro clásico de la Literatura Española. Sin dudarlo, le pregunté si había leído “El Quijote”. No me dijo ni sí ni no, simplemente me habló de que lo había intentado muchas veces, pero siempre había interrumpido la lectura por derribo.
Le aconsejé que lo volviera a intentar, pero esta vez en pequeñas dosis. Le recomendé que todos los días, sin fallar uno, leyera un capítulo, pero sólo uno, a pesar de que algún día el cuerpo le pidiera leer más.
Hoy, casi 50 días después de aconsejarle este método de lectura, el alumno me ha venido a visitar a mi despacho. Me ha comentado que ya ha leído la primera parte de “El Quijote” y que está dispuesto a leer la segunda. Me decía que desde el inicio de la obra de Cervantes le enganchó el método, que algunos días había leído el capítulo correspondiente a las 23 horas, que otros días le hubiera gustado leer más capítulos, que ha tenido algunas dificultades, también buenos ratos con la lectura, pero que al final se ha alegrado. Cuando me hablaba de “El Quijote” y de la lectura veía la cara de felicidad que produce el haber conseguido una meta.
Antes de marcharse del despacho me ha preguntado si la segunda parte puede leerla de dos en dos capítulos, he asentido, y después me ha dicho que le vaya preparando una lista de libros clásicos interesantes.

domingo, 4 de noviembre de 2007

La Alegría de la excursión

El sábado pasado fui con unos amigos de excursión. Como siempre pasa en estos casos, disfrutamos del fabuloso paisaje, a la vez que íbamos charlando y respirando aire puro.
Cuando hicimos cima, nos dispusimos a recuperar un poco de fuerza con unos frutos secos, para después poder comer tranquilamente en la base de la sierra.
Mientras disfrutábamos de una pequeña tertulia, uno de los excursionistas se encontró, por casualidad, una imagen de la Virgen María en un lugar recóndito de la cumbre. Alguien la había llevado y la había colocado en ese espléndido paraje, pero en un lugar escondido y de difícil acceso. Después de rezar una salve a la Virgen nos dispusimos a bajar donde teníamos los coches.
En el viaje de vuelta, todos recordaban que hace años en todas las cimas había una imagen de la Virgen o una cruz; y que los excursionistas tenían una bonita costumbre, siempre dirigían una plegaria a la madre de Dios. Pero ahora, los que no son excursionistas destruyen las cruces y las imágenes.

jueves, 1 de noviembre de 2007

"La Tronera" de Antonio Gala en El Mundo

Dejé de leer “La Tronera” de Antonio Gala en El Mundo, debido a su carácter anticlerical y a las afirmaciones categóricas que siempre hacía. Hoy, 1 de noviembre, por casualidad, haciendo una excepción, he caído en la tentación, y he leído su comentario “Día de los Santos”. No ha sido una sola vez, han sido varias veces las que he tenido que releer su reseña, porque es tanta la información que intenta transmitir a sus lectores que no se le entiende. Inicia “La Tronera” diciendo: “La Iglesia española está en su peor momento”. Antonio, la misión de la Iglesia, entre otras, es llevar a mucha gente al cielo. Si a usted le parece estar en mal momento, cuando hace 4 días ha beatificado a 498 mártires, tiene toda la razón. También le recuerdo, que la Iglesia es la única institución que después de XXI siglo sigue en pie.