Noticia que apareció en el periódico Ideal el día 24 de marzo.
Como cualquier otro establecimiento de estas características, el bar-restaurante Mireya, en el Eixample barcelonés, luce en su puerta un cartel escrito a mano que detalla el menú del día. Hasta ahí todo normal. Pero algo llama la atención en el letrero, que lo diferencia de los miles de negocios de este tipo en España: no hay rastro del precio. En su lugar, anuncia que 'El precio del menú lo decide el cliente'.
El lema del restaurante, según explica su propietario Eledino García, es: «Usted come y cuando acabe, yo le doy un sobre vacío y usted deposita lo que considera más conveniente». Hace tres semanas que este albaceteño de Hellín, de 50 años, que regenta el establecimiento desde hace siete, aplica la medida. Y de momento le está yendo bien. «La gente es mucho mejor de lo que creemos. Algunos ponen un poco más de lo que comúnmente está establecido en otros bares. Otros menos, pero en general todos están respondiendo de manera positiva».
La idea se le ocurrió a Eledino después de mucho cavilar sobre posibles maneras de salir del embrollo en el que estaba metido. Desde hacía meses las cuentas no le cuadraban. Como consecuencia de la crisis, muchos de sus clientes habituales, en su mayoría vecinos o trabajadores del barrio, habían dejado de venir al restaurante. «Ahora les cuesta mucho más llegar a fin de mes, bien porque se han quedado en paro o por múltiples causas. Yo quiero mandarles un mensaje de confianza. Decirles: si un mes va mal de dinero, no deje de venir».
El propietario aclara que el pago que se deposita en el sobre es «completamente confidencial». Cuando los clientes piden la cuenta, les entrega el sobre, luego lo recoge y no lo abre hasta el final del día, cuando hace el recuento de la jornada. «Yo no voy a andar mirando si fulanito me ha echado esto o menganito lo otro, eso tiene que quedar muy claro».
Entre los clientes que ayer se acercaron al establecimiento se encontraba Jordi, un historiador de 31 años que decidió incluir 10 euros en el sobre, tras degustar un «suculento menú» con un revoltijo de ajos y gambas y canelones. A Jordi la iniciativa de Eledino le parece estupenda. «Demuestra la voluntad que tienen los ciudadanos de superar una situación adversa y contrasta con la actitud de los gobernantes, que están haciendo muy poco o nada ante la crisis económica».
El responsable del menú es Eduardo Martínez, un cocinero de Pamplona que combina la cocina vasca con la catalana y con otras «propuestas propias más creativas». Entre sus platos estrella se encuentra el cardo con almendras y la menestra con jamón. Reconoce que lo de eliminar el precio del menú le pilló «completamente por sorpresa». Eledino lo decidió «de un día para otro», pero el cocinero ha apoyado la idea desde el inicio. «En los momentos difíciles tenemos que ayudarnos entre todos».
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