martes, 24 de abril de 2007

Me divorcio el lunes

En el mes de diciembre una prima hermana me dijo que dejaba de vivir con su esposo. Mantuve una entrevista con los dos, por separado, se negaban a estar juntos, pero él estaba en sus trece y no había manera de arreglar el pequeño problema, que a mí me pareció resultado de un cabreo por parte de él.
Ha pasado el tiempo y he ido hablando, de vez en cuando, con los dos, e intentando prestarles mi ayuda y la de profesionales de la familia, para que recapaciten y vuelvan las aguas a su cauce.
Tengo que decir que no hemos hablado de la separación todas la veces, sino que más bien, hemos charlado de otros temas. Mi intención ha sido distraer y dar cariño, en una palabra, estar con las personas, que en ese momento sufren una gran contrariedad. Siempre les he insistido que el matrimonio es una tren que va sobre dos raíles, si un rail tuerce a la derecha el otro también tiene que hacerlo, y viceversa, porque si no el tren descarrila, que es lo que les ha pasado a ellos. Pero que todo tiene arreglo, lo importante es querer poner los medios.
Ayer llamé a mi prima para invitarle a comer en casa el lunes, y me dijo: - Sí iré, porque ese día me divorcio. Me quedé de piedra. El lunes por la mañana han quedado en el juzgado para firmar el divorcio.
¿Dónde vamos a llegar? ¡En cuatro meses se han divorciado! Han tirado por la borda 30 años de matrimonio, con más o menos alegrías y tres hijos. ¿Se puede borrar de un plumazo tres décadas de dos personas que lo han compartido todo? ¿Quién tiene la culpa de que esto sea tan rápido? ¿Les ha dado tiempo a reflexionar? ¿Es bueno que exista el divorcio rápido?
Tengo un amigo que lleva tres años intentando incapacitar judicialmente a un familiar, no hay manera. ¿Por qué unos casos son rápidos y otros más lentos?

lunes, 16 de abril de 2007

¡Muchas gracias!

"Es de bien nacidos, ser agradecidos", es lo que pienso muchas veces a lo largo del día. He comprobado que las personas no damos, habitualmente, las gracias. Cuando éramos pequeños y nos daban algo, nos hacían un favor, etc. nuestra madre nos decía: ¿qué se dice? Y nosotros sobre la marcha decíamos: "Muchas gracias".
Trabajo con chicos adolescentes y de vez en cuando les tengo que decir: "muchas gracias" porque ellos no las dan. Lo mismo me pasa con las personas mayores. Por ejemplo, he ido en mi coche y he dejado pasar a otro conductor, porque la calle es estrecha, y éste ni me ha mirado. A algunos los he parado, y con una sonrisa, les he dicho: "muchas gracias", y me han mirado como diciendo: "¿qué dice este hombre?".
Creo que estamos perdiendo las buenas costumbre y la buena educación.

martes, 10 de abril de 2007

IR POR LIBRE

Durante estos días se está hablando mucho en los medios de comunicación de la parroquia de san Carlos Borromeo de Madrid. Yo no tengo nada en contra de los sacerdotes y feligreses que asisten a esa iglesia. Pero me da la impresión que en esa parroquia se hacen actos litúrgicos que no están del todo acorde con las normas de la iglesia católica: consagración de pan corriente, forma de oficiar la Santa Misa, etc.
Yo trabajo en un colegio, soy profesor de lengua, y tengo que seguir las normas y directrices que me marca el departamento de lengua y literatura de mi colegio. Tengo libertad para explicar mi asignatura como quiera, pero dentro de lo establecido por el departamento y la programación de la asignatura. En el momento que deje de lado las normas de mi departamento, voy por libre, y el director del colegio me puede llamar la atención.
Si en la parroquia de San Carlos Borromeo se hace algo que no está de acuerdo con las normas de la iglesia católica, se va por libre, y eso no es del todo correcto.
También me llama la atención que en lo medios de comunicación se hable de "hostias consagradas", cuando creo que la palabra adecuada sería "formas consagradas".