jueves, 16 de octubre de 2008

Motivación positiva

Tengo fama entre mi familia, amigos y conocidos de fijarme siempre en lo positivo de los acontecimientos, y a veces dejar pasar lo negativo. Y es verdad, porque si sólo tenemos en cuenta lo negativo de las cosas, no saldríamos nunca de casa, y la vida sería un verdadero aburrimiento.
En mi pueblo hay un lugar público del que todos los vecinos nos quejamos porque está muy sucio. Desde hace unos días, he comprobado que está un poco más limpio. Hoy he encontrado a la persona encargada, y le he dicho que el local estaba más limpio, y le he felicitado. Esta persona me ha dado las gracias, y se ha ido muy contento. Yo lo he visto con ganas de mejorar. Pasadas unas horas y en otro lugar, una señora, que había escuchado la conversación, se dirige hacia mí y me recrimina las palabras de felicitación de por la tarde. Entonces aprovecho para hablarle de la motivación positiva. Le digo que los profesores lo hacemos mucho con nuestros alumnos. Cuando vemos que un muchacho no hace nada, o muy poco, y en un momento se le ve con ganas de hacer algo, hay que motivarlo y felicitarlo por poco que haga, porque así se consigue más que recriminando. “Pues tienes razón- me ha dicho esta señora- cuando yo vaya también le felicitaré.

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