
Hace unos días pedí cita, por teléfono, para hacerme una revisión auditiva. De entrada, cuando la persona que estaba al otro lado del teléfono, me dio día y hora. Le avisé que sería puntual, porque no puedo estar mucho tiempo fuera de casa. Me dijo que no habría ningún problema, que a esa hora me estaría esperando. Llegó el día y hora previsto, y me presenté diez minutos antes en la consulta. No llamé, porque la puerta estaba abierta, entré y me encontré con varias personas que estaban esperando. Allí no salió nadie a preguntarme: ¿Quién era?, ¿cómo me llamaba?, o decirme cuando entraría en la consulta, etc. Todo muy frío, noté la falta de un trato personalizado. Esperé cuarenta y cinco minutos, y en vista de que no se me decía nada, me volví a mi domicilio, con una idea clara, no volveré más. Se me olvidaba decir que esto me sucedió en un centro privado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario