viernes, 17 de octubre de 2008

La importancia del trato personalizado

Hace unos días pedí cita, por teléfono, para hacerme una revisión auditiva. De entrada, cuando la persona que estaba al otro lado del teléfono, me dio día y hora. Le avisé que sería puntual, porque no puedo estar mucho tiempo fuera de casa. Me dijo que no habría ningún problema, que a esa hora me estaría esperando. Llegó el día y hora previsto, y me presenté diez minutos antes en la consulta. No llamé, porque la puerta estaba abierta, entré y me encontré con varias personas que estaban esperando. Allí no salió nadie a preguntarme: ¿Quién era?, ¿cómo me llamaba?, o decirme cuando entraría en la consulta, etc. Todo muy frío, noté la falta de un trato personalizado. Esperé cuarenta y cinco minutos, y en vista de que no se me decía nada, me volví a mi domicilio, con una idea clara, no volveré más. Se me olvidaba decir que esto me sucedió en un centro privado.

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