Muy pocas veces reconocemos cuando alguien que está a nuestro lado hace algo bien, pensamos que, como es su deber, no tenemos porqué reconocérselo. En cambio sí nos quejamos cuando nos hacen algo mal.
El lunes iba con un amigo en coche por la ciudad de Jaén, cuando llegamos a la calle Millán de Priego esquina Calle Castilla nos tuvimos que parar, porque había un señor tirado en la calle, había tenido un accidente de tráfico con su moto. Todos los que pasaban por la calle intentaban auxiliar al motorista. Mi amigo me dijo: - Llama al 061 y diles que ha habido un accidente.
Llamé, pero no me descolgaban el teléfono. Pero como vi que varios de los que rodeaban al accidentado llamaban colgué. A los diez segundos de colgar recibí una llamada, apreté el botón verde de mi móvil, y al decir dígame, al otro lado del teléfono una voz femenina me dijo: -Le llamo del 061, ¿necesita usted una urgencia médica? Le dije que no, y le comenté lo del accidente de la calle Millán de Priego.
-Gracias, ya nos han avisado.
Yo aproveché para darle las gracias a la señorita del 061, y de paso felicitarla por interesarse por mi llamada, a pesar, de no haber podido contactar con ellos.
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