Carta que aparece en el Diario Jaén el día 3 de diciembre.
Hace varios días apareció la noticia de que un juez en Valladolid dictaba sentencia por la que debían retirarse los crucifijos de las clases de un centro público de enseñanza, porque tal símbolo va contra derechos fundamentales de la persona. No veo qué derecho cuando Cristo en la cruz es la síntesis más clara de la defensa del hombre y de sus valores. Además vivimos en una cultura radicalmente cristiana y renunciar a ella es renunciar a nosotros mismos. Después, y para concretar, se ha dicho en Andalucía que con un solo padre que pida la retirada del Cristo en la escuela, ya debe hacerse. ¿Por qué 1 sobre 29? Estos hechos y otras declaraciones en el mismo sentido han sentado muy mal en ambientes educativos, pero no veo que los cristianos y los que piensan de otra manera salgan a la palestra. ¿Qué hacer? Son los padres los primeros que han de defender sus convicciones a favor de sus hijos ¡Claro que si uno “contra” veintinueve gana uno! Sin embargo hay que decir y hacer mucho. ¿Acaso no podrán ya los colegios de Valladolid ir al Museo Nacional de Escultura? Allí están grandes obras de escultura y pintura sobre Cristo crucificado y su sagrada pasión, ¿los taparán para que, niños y niñas, no los vean? Y en nuestra Andalucía, ¿qué hacer con los niños y niñas en las procesiones de Semana Santa? La Vera Cruz, el Cristo de la Buena Muerte, Nuestro Padre Jesús y tantas bellas imágenes fruto de nuestra fe y mejores tradiciones, ¿les serán también prohibidas a nuestros niños? ¿Cambiaremos el nombre de tantos colegios e instituciones que llevan el nombre de Cristo, la Virgen y los Santos. ¡Perdón por dar ideas! Y se da como razón el vivir en un Estado aconfesional. Pues ¡no señor! En un Estado aconfesional se respetan todos los símbolos religiosos y no se quita ninguno, sobre todo cuando están puestos. ¿Qué harán con los “Cruceiros” de Galicia? ¿Qué con las cruces, imágenes y símbolos cristianos que dan nombre a nuestras calles, plazas y barrios. ¡Oh, Sevilla! Te veo sin el Barrio de la Cruz. ¡Córdoba! peligra tu plaza del Cristo de los Faroles. Todos los días paso por una Plaza en Jaén donde hay un símbolo judío, en recuerdo de la judería, el candelabro de los siete brazos, y no pasa nada y me parece muy bien. Un amigo mío ha escrito en su blog: “Arrojar a Cristo fuera de las aulas” y recuerda lo que significaba en su niñez expulsar de un aula a un niño o niña. “La orden imperativa ¡fuera del aula!” era terrible y significaba que el expulsado impedía el desarrollo normal de la clase”. Da pena que esto se pueda aplicar a Cristo. Y luego los partidarios de “la expulsión” a lo mejor se pelean por presidir procesiones, compaginar así con el pueblo y además aparecer como honorarios en las cofradías. Nuestro ilustre paisano de Linares, San Pedro Poveda, en tiempos muy parecidos a los nuestros oyó quejarse a una persona porque quitaban los crucifijos de las escuelas, lo mismo que ahora. El santo mártir y gran pedagogo contestó: “Que quiten los crucifijos y nosotros ponderemos maestros cristianos en ellas”. ¡Ojalá! En estos tiempos se pide coherencia a todos. Antonio Aranda Calvo. (Canónico de la catedral de Jaén).
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