martes, 30 de septiembre de 2008

"Acusa, que algo queda"

El fin de semana pasado estuve en Valencia, concretamente en casa de un matrimonio amigo. José María es médico de familia en un pequeño pueblo de la Comunidad Valenciana. Un día recibió en su consulta un señor mayor, que iba aquejado de un dolor en el pecho. El galeno le dijo que se desnudara de la parte superior para auscultarlo. Cuando acabó, el paciente se vistió, y José María le recetó unos sobres. El paciente salió al pasillo y se fue a su domicilio. A los treinta minutos aparecieron el paciente y su hijo en la consulta del médico dando voces. Entraron, sin llamar, en la consulta, y el hijo le dijo a José María que era un ladrón, porque le había quitado a su padre trescientos euros. Mi amigo no salía de su asombro, y el descendiente repetía que era un ladrón, que le había sustraído el dinero a un anciano. José María intentaba decirles que no sabía nada de lo que estaban hablando, que posiblemente el dinero estuviera en el suelo. Buscaron en la consulta y no encontraron nada. Padre e hijo se fueron del Centro de Salud gritando: “Médico ladrón”. Pero eso no es todo, al día siguiente, en la pared del centro estaba escrito en letras grandes y rojas: “José María, Médico Ladrón”. A los dos días, apareció el anciano en la consulta de mi amigo para pedirle disculpas, el dinero había aparecido en su casa, se le había caído al suelo en su habitación al cambiarse de camisa, lo encontró debajo de la cama el día siguiente de las pintadas en la pared. José María le dijo: "Acusa, que algo queda".

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