Un día saliendo de misa de la catedral de Jaén, un amigo me preguntó porqué siempre están los pobres piden en la puertas de las iglesias, y no en la puertas de los ayuntamientos. Le dije que los pobres son pobres, pero no tontos. Se ponen a pedir en la puerta de los templos porque los asistentes a los actos religiosos son más generosos que los que van al ayuntamiento.
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