lunes, 9 de febrero de 2009

Se ha perdido la cultura del esfuerzo


El periódico El Mundo publicó el domingo, 1 de febrero, una entrevista con la profesores de la Universidad de Granada Amelia Correa. No tiene desperdicio. Es una entrevista interesantísima. Quiero destacar dos que demuestran cómo está la enseñanza en nuestro país, y el interés de los alumnos.
-¿Ve en sus alumnos esa curiosidad por hurgar en la literatura?
-Con la Universidad soy pesimista, porque veo una bajada de nivel importante. Cualquier nombre propio lo tengo que escribir en la pizarra, porque son capaces de escribir Baudalaire Bodeler. También veo que el grado de madurez ha caído muchísimo, quieren todo hecho. Me piden que se lo dé todo mascado, ahora, en la época de internet. Hay palabras que no conocen y levantan la mano para preguntar. En cuarto y quinto de carrera, que es donde doy clases. Yo me hubiera muerto de vergüenza, hubiera mirado en el diccionario. Los veo poco motivados y me pregunto a veces qué hacen en Filología Hispánica. Hace tiempo que organizamos un ciclo de poesía en las aulas. Yo cometí el error de anunciarlo antes, y la mitad ya no fue al día siguiente. Vino el poeta José María Álvarez y los alumnos no hicieron ni una pregunta. Entonces, preguntó él: ¿A cuántos os gusta la poesía? A dos. ¿La novela? A siete. El resto, nada. Se me cayó el alma a los pies. Menos mal que en cada clase también tengo un grupo verdaderamente vocacional, que merece la pena, a los que les he contagiado ese interés por los escritores más ocultos. Lo que me preocupa es que esos que copian trabajos de internet, que se sacan la carrera en ocho años, lo mismo acaban dando clases en lo colegios e institutos. Sí que soy pesimista, se ha perdido la cultura del esfuerzo con eso de que no se puede memorizar y hay que aprender jugando. Nosotros hemos memorizado y no estamos traumatizados. También es cierto que tengo compañeros que llevan años dictando un manual y con unos apuntes amarillos. Los profesores no somos un cuerpo homogéneo.
-Podría haber algún sistema objetivo de evaluación...
Los que hay son perversos. Valoran los cargos de gestión en la Universidad y, en cuanto a los alumnos, estoy convencida de que los mejores profesores que tuve, que eran muy duros, suspenderían ahora, porque no eran los típicos que se enrollaban con los alumnos.

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