sábado, 21 de febrero de 2009

"Las denuncias falsas..."

El domingo día 15 de febrero de 2009 El Mundo de Andalucía publicó una entrevista con el juez Francisco Serrano, una de las voces más críticas contra ciertos abusos de la Ley de Violencia de Género. Copio una serie de preguntas y respuestas que me parecen interesantes.
Periodista:-Ha habido cierta confusión con la cifras...
Francisco Serrano:Yo, aunque me han acusado de falta de rigor, los datos que manejo... De 480.000 asuntos que entraron en los juzgados, sólo 32.000 acabaron en sentencias. La mayoría, fueron archivados. Muchos acaban en un juicio de faltas, porque son insultos en peleas.
-Aunque acaben en archivos, los acusados han podido pasar una noche en el calabozo.
-Y dos. Tampoco se habla de lo que sufren las parejas actuales de los acusados, los hijos o los abuelos...(...)
Periodista. -De todas formas, las denuncias falsas pueden ser condenables...
Francisco Serrano: - No conllevan penas de prisión y eso habría que reformarlo. Cuando hay denuncias por posible maltrato o abusos cambia el régimen de visitas o la custodia de los hijos, por ejemplo.Si se demuestra que se ha denunciado conscientemente para eso, para causar daño, debería ser el falso denunciante el que perdiera la custodia. Hay que juzgar con esa severidad ese daño. Pero es que el hembrismo cree que, cuando es absuelto un hombre, es porque el juez se ha equivocado y lo que necesita es un poco más de adoctrinamiento hasta conseguir el Guntánamo de los hombres. El maltrato institucional de un niño tiene que acarrear consecuencias. Se tendría que retirar la custodia del falso denunciante al considerar que el menor está con él en una situación de riesgo y también amonestar a los profesionales, como algunos psicólogos, que se prestan a esas estrategias y recomiendan apartar al niño del padre sin haber hablado con éste, como un caso que le dí traslado a la comisión deontológica del Colegio de Psicología...

1 comentario:

Rafael del Barco Carreras dijo...

DENUNCIAS FALSAS.

Rafael del Barco Carreras

4-05-09. En 2006 el SUPREMO ordena DEPURAR TODAS LAS RESPONSABILIDADES en el caso PASCUAL ESTEVILL-PIQUÉ VIDAL. Hoy se inicia en Barcelona el juicio por EXTORSIÓN Y DENUNCIAS FALSAS. Acusados Rafael Jiménez de Parga y otros. En la antesala ambiente de viejas togas, camaradería y poca expectación, aunque esperen célebres BANQUEROS Y ABOGADOS. QUINCE AÑOS, varias de las víctimas conocidas por mí en La Modelo ya han muerto, Forcadell y Planasdemunt, alguno, no me cabe duda, ayudado por las extorsiones y cárcel. Los grandes profesionales lo saben, no hace falta un asesino a sueldo para acabar con cualquiera, con una o varias denuncias falsas, se anuló el estorbo o enemigo. El acusado es un especialista, escribe artículos e imparte clases magistrales sobre el tema, y durante su extensa vida profesional dejará largo rastro de otras y varias “especialidades”. Ver diferentes citas y publicaciones adjuntas a este comentario en http://lagrancorrupcion.blogspot.com

El sistema DENUNCIA FALSA, además de la utilidad de “matar civil y social” a cualquiera, es ideal para el CHANTAJE Y EXTORSIÓN utilizado por Piqué Vidal y Pascual Estevill, y presuntamente por el sentado en el banquillo. Dos grandes bufetes (en la actualidad 50 colaboradores cada uno) y un juez.

En cualquier círculo íntimo provoca una agria sonrisa la autodefensa de que la denuncia es falsa, una confabulación. Y si hasta en los íntimos el papel oficial se impone, o mínimo la duda permanece, en el proceso judicial el empecinamiento por la inocencia no solo predispone a todo funcionario sino que de hecho se convierte en una pesada evidencia. Y si pasado el juicio, declarado culpable, se insiste, en el expediente penitenciario representará la losa del no arrepentimiento por lo tanto la imposible rehabilitación. Empecinamiento, palabreja propia de la Inquisición, forjadora de parte del léxico y práctica jurídica española.

En mi caso es del todo imposible saber quien interpuso las denuncias. Quien sugirió, y a que policía, que me involucrara en casos abiertos para que me encarcelaran o desapareciera. Cualquiera de los bufetes involucrados sumaban centenares de abogados con “amigos policías” y jueces maleables. Por suerte las sentencias fueron favorables (se dieron cuando los inspiradores ya estaban vencidos) pero pudieran no haberlo sido. He conocido casos con parecidas pruebas y largas condenas. Uno, dos o tres testigos, declarando, un fiscal que insiste, y fantasía que se convierte en real con la correspondiente sentencia.

Si en 1983 tras la salida de La Modelo me propuse atar cabos, entre 1995 y el 2000, después de mi primera novela, a cada artificial problema o denuncia falsa debía encontrar la relación con los hechos y personajes principales. Y los había. Cuando no era un policía, Justo Aguilera (amigo de Piqué Vidal) citándome con dirección errónea, era un Juez, Fernández Oubiña (colaborador en el Bufete Piqué Vidal) que “de guardia” ordenaba mi detención. Solucionados todos mis problemas legales, descubriendo incluso la suplantación de personalidad con DNI falso, mi primera deducción fuera que por suerte la inspiración en todos los casos iba de chapuza en chapuza. Deduzco que por los enormes problemas que los capos acumulaban. Inmiscuirme en un robo con fuerza, presentarse a la Guardia Civil con un talón firmado por mí, un notario confirmando mi presencia en la constitución de una sociedad, estando encarcelado, incluso la simple compra de un coche o un tirón en plena y céntrica calle de Rubí, formaban un conjunto de inmensas chapuzas. Pero inicialmente provocaron mi huida de Barcelona y más años de cárcel cuando me detuvieron.