jueves, 13 de noviembre de 2008

A Javier Freser II

Leo en la sección de cartas al director de La razón la siguiente carta dirigida al director de la película Camino. "No conozco a Alexia, ni a su familia, ni al Opus. Y puedo decir que tampoco conozco mucho a Dios. Soy madre de una niña de 7 años muy malita de cáncer. Ni un sólo día la he oído una queja, ni ha preguntado un porqué de su enfermedad. Cuando no aguanta más el dolor sus mejillas se llenan de lágrimas. Y nosotros nos desconsolamos. Sin duda ella es más valiente que nosotros. Todas las mañanas me acerco a su cama y doy gracias por el tesoro recibido. A su lado hemos comprendido cómo se puede sufrir y ser feliz a la vez. Somos felices porque su presencia entre nosotros llena nuestros días. Y a la vez sufrimos porque no podemos hacer nada para retenerla con nosotros y nos cuesta ver cómo se va apagando poco a poco. El día que se vaya de nuestros brazo se nos romperá el corazón, y sin embargo quisiera que se fuera ya para dejar de verla sufrir. ¿Quién puede resitir cómo se nos escapa sin poder hacer nada? Javier, no sé si puedes comprender lo que te digo, o lo que sentirían los padres de Alexia. No se parece a tu película, ¿verdad? Quién sabe si algún día Dios pondrá un hijo moribundo entre tus brazos. ¿Serás capaz de decirle lo que dices en tus entrevistas? Quizá el mundo te cambiaría de color. Quizá es una cuestión de ponerse en lugar del otro. Creo que tu película no sólo nos ha herido a nosotros, sino a todos los españoles, porque es un ataque frontal a la Democracia, que sólo se puede construir sobre la tolerancia y el respeto a las creencias de los demás. No dudo que seas un hombre con talento, pero me entristece que sea utilizado para hacer daño, en lugar de para construir esperanza. Te hubiera costado lo mismo, y todos te hubiéramos aplaudido. Mi marido y yo hemos dudado mucho si escribirte esta carta, porque hay mucho que construir en esta sociedad, como para perder tiempo en estas cosas. Pero al final lo hemos hecho por si estas palabras pueden ayudar a otros padres, o a otras personas. Nosotros hemos decidido que queremos buscar la verdad sobre ese Dios que sobrevive a la muerte, y que no permite que nuestra vida acabe en un vacío. queremos dirigirnos a alguien del Opus Dei que pueda explicarnos tantos porqués que no entendemos. Quizás allí podamos encontrar la respuesta que tú no has sabido darnos. Aunque para el mundo de hoy parezca imposible, creemos que quizá Dios sí pueda confortarnos. Teresa y Pablo, padres de María Fernández.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el visto la pelicula y no estoy de acuerdo, puesto que no refleja la vida tal como es y se inventa muchas cosas. Ánimo Gabriel