Hoy he comido con un amigo en un restaurante de Jaén. Desde la mesa de al lado me he sentido mirado, varias veces, por dos señoras de mediana edad. A mi comensal le he preguntado si las conocía, y me ha respondido negativamente. Hemos seguido disfrutando de nuestras viandas y de nuestra conversación.
Las señoras, después de pagar al camarero, se han dirigido se hacia nuestra mesa. Un de ellas me ha preguntado si yo era Gabriel, le he respondido afirmativamente, y me ha dicho: -Leo sus cartas en los periódicos, me gustan, pero lo importante es el trabajo, porque esta crisis se está llevando por delante a 4.000.000 de personas, y de eso habla muy poca gente.
Después de darle las gracias por el comentario se han ido. Enrique y yo hemos seguido hablando de la puntualización de esta señora. Posiblemente estemos pendientes de las cortinas de humo y no pensamos y actuemos contra lo más importante, que son las personas que lo están pasando mal por la falta de un trabajo.
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