El pasado miércoles muchos culés sentimos la magia del fútbol en el histórico gol de Iniesta en Stanford Bridge. Era el descuento del partido y muchos seguidores creíamos que era el final del camino europeo del Barça en la Liga de Campeones esta temporada, pero entonces llegó la magia del fútbol (llamada, en esta ocasión, Andrés Iniesta) y todos cantamos el gol como si lo hubiésemos marcado nosotros.
En ese momento nadie pensó en que lo que el fútbol te da, siempre acaba cobrándotelo antes o después. El pasado domingo los seguidores del equipo de Pep cantaban en el Camp Nou el “campeones, campeones, oe oe oe” tras ir ganando al Villareal por un 3-1. La Liga parecía en el bolsillo ya que se jugaba un partido cómodo, pero tras la pena máxima de Abidal sobre el turco Nihat llegó el 3-2. La grada no cantaba pero todos hacían planes de cómo podían celebrar la decimonovena liga. Pero al igual que el pasado miércoles llegó la magia del fútbol (esta vez en Joseba Llorente) y nos cobró lo que cuatro días antes nos había dado: el gol del empate en el descuento. A decir verdad, estos detalles son los que agrandan la magia del fútbol, aquella que tanto queremos y que a la vez tanto odiamos pues lo mismo nos da un partido que nos lo quita.
En ese momento nadie pensó en que lo que el fútbol te da, siempre acaba cobrándotelo antes o después. El pasado domingo los seguidores del equipo de Pep cantaban en el Camp Nou el “campeones, campeones, oe oe oe” tras ir ganando al Villareal por un 3-1. La Liga parecía en el bolsillo ya que se jugaba un partido cómodo, pero tras la pena máxima de Abidal sobre el turco Nihat llegó el 3-2. La grada no cantaba pero todos hacían planes de cómo podían celebrar la decimonovena liga. Pero al igual que el pasado miércoles llegó la magia del fútbol (esta vez en Joseba Llorente) y nos cobró lo que cuatro días antes nos había dado: el gol del empate en el descuento. A decir verdad, estos detalles son los que agrandan la magia del fútbol, aquella que tanto queremos y que a la vez tanto odiamos pues lo mismo nos da un partido que nos lo quita.
1 comentario:
Decirle a tu amigo que efectivamente el fútbol te dá y te quita, igual que los arbitros tan repudiados por unos cuantos, al final de año si cada equipo hace balanze de las actuaciones arbitrales más ó menos saldrá con los mismos puntos, lo que pasa es que cuando se pierde siempre se buscan excusas.La grandeza del deporte es esa y sobre todo el fútbol, por muy favorito que sea cualquier equipo siempre puede haber sorpresas.
Un abrazo.
Publicar un comentario