Ayer iba caminando y me encontré con un amigo. Después de preguntarnos por la salud y la familia, me preguntó hacia dónde iba caminando. Le dije que iba al cementerio,y después, daría la vuelta por un camino y volvería a Jódar. Cuando le contaba esto a Salva, apareció un guardia civil, y me recriminó que fuera al cementerio. Yo me quedé parado, porque no entendía como el hijo del cuerpo, se metía en nuestra conversación. Le dije, en broma, que ir al cementerio no era malo. Me volvió a recriminar que fuera al cementerio. Un poco molesto, le dije que a la Virgen del Pilar no le gustaría lo que me estaba diciendo y que si él fuera al cementerio no tendría ese miedo a la muerte.
Después vi otra vez a Salva, y le dije que le dijera al guardia civil que es una falta de educación meterse en las conversaciones de los demás, y "el que dice lo que no debe, escucha lo que no quiere".
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