Me dan mucho miedo las declaraciones de los deportistas famosos, porque pueden hacer mucho bien o mucho daño a la juventud, porque los chicos intentan imitar a sus ídolos. Me quito el sombrero al leer las declaraciones del jugador del Betis , Ricardo Oliveira, en El Mundo, el domingo pasado. Se ve, a lo largo de la entrevista, que es un hombre sencillo, que reconoce sus errores, y cuando se equivoca pide perdón y lo arregla.
Creo que tiene mucho que ver su juventud humilde, que el jugador de fútbol no tiene reparos en reconocer cuando dice: "Estoy triste, sí, como todos, pero bajar los brazos, nada. Yo voy a pelear hasta el final, a darlo todo. Yo no soy de los que bajan los brazos. Yo vengo de las favelas, de la miseria, de comer de la basura, de pasar hambre, de trabajar de lo que sea, de albañil... ¿cómo voy a bajar los brazos ahora? ¡Enhorabuena Ricardo, por ser como eres!
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