miércoles, 26 de diciembre de 2007

Mi tía y las felicitaciones de Navidad

Aprendí de niño a decorar mi domicilio con las felicitaciones de Navidad que llegaban a casa. Cuando pasaban estos días las guardaba, y conservo muchísimas de muchos años.
Ahora que soy un poco mayor sigo haciendo lo mismo y, como gracias a Dios, tengo muchos amigos me llegan muchas y muy variadas todos los años. Este año las he puesto al lado del niño Jesús de la entrada de casa.
El otro día vino mi tía, Antonia, a visitarnos, y como la puerta estaba abierta entró en casa sin llamar. Cuando llegó al salón apareció con dos felicitaciones, que me habían enviado dos amigos en los que aparecían ellos con toda su familia, sin ningún motivo navideño. Mi tía un poco enfadada, me dijo que eso no era una felicitación de Navidad, que sí, que era una familia, pero no la familia por la que se celebra la Navidad.

1 comentario:

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Feliz Navidad, Gabriel, y feliz año 2008, en que triunfe la Buena noticia que estamos viviendo estos días.