sábado, 8 de diciembre de 2007

Mercedes Aroz

El viernes pasado hice una pequeña excursión a una sierra cercana a mi pueblo. Cuatro horas de camino, la verdad, es que dan para hablar mucho y casi de todo.
Como mis compañeros de viaje se dedicaban a contemplar las maravillas de la naturaleza, yo decidí conversar un poco para alegrarles la vida. Después de referirme a varios temas de actualidad, les dejé caer la conversión al catolicismo y la renuncia a su escaño en el senado de Mercedes Aroz. Me llevé una sorpresa mayúscula al apercibirme que tres de los cinco que me acompañaban no conocían el asunto. Mis amigos son personas que leen la prensa, oyen la radio y ven los telediarios habitualmente.
Alguno de ellos, después de contarle la historia de Mercedes me dijo que no se había enterado porque lo que yo le relataba no era del siglo XXI, y que algunos medios de comunicación les interesaba silenciarlo, porque no era políticamente correcto.

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