miércoles, 3 de febrero de 2010

Factura en la sombra

Soy de las personas que felicitan a los políticos si las cosas las hacen bien. Ha saltado a los medios de comunicación la intención de la Consejera de Salud de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, de crear "la factura en la sombra".
Cuando acudamos a un hospital, y después de recibir la atención debida, a la salida, nos darían la factura, que no pagaríamos, en la que quedaría reflejado el importe de nuestra estancia y del trabajo que los profesionales han dedicado a nuestra persona.
A pesar de las críticas recibidas, a mí me parece fenomenal, porque así sabremos lo que ha costado nuestra intervención, porque a veces creemos que es una obligación lo que hacen con nosotros, y no es así, porque la sanidad es muy cara.
Alguien me puede decir, que él ya lo paga con sus impuestos, es verdad; pero si sabemos el importe es mucho mejor, porque puede pasar que nuestras intervenciones sean más caras de lo que nosotros pensamos, e incluso que nuestro saldo con la consejería sea negativo.
Tengo un amigo que dice: "Yo nunca regalo un libro, porque entonces la gente no lo agradece y no lo leen; los vendo, porque así el que lo compra sabe el importe y lo lee". Algo parecido pasa con la sanidad.
También sería bueno tener una factura en la sombra de educación. Cuando un joven de 23 ó 24 años acabe la carrera, sería bueno entregarle una factura en la sombra de lo que ha costado su educación desde preescolar hasta su licenciatura.
Porque la sanidad y la educación es de los más caro que tenemos, y si no, que se lo preguntan a los que acuden a la sanidad y educación privada.

3 comentarios:

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Sorprendente, Gaby, bien visto.

Embajador dijo...

Solo un apunte: como suele ocurrir en estos casos la idea dista mucho de ser nueva. Ya estaba propuesta en el Informe Abril Martorell de 1991 sobre la reforma del sistema sanitario.

Me parece que lo terrible es la falta endémica de ideas que tienen nuestros políticos, creo que dice mucho de su nivel intelecutal, y lo que es peor, la ausencia de arrestos suficientes para llevar a cabo medidas complicadas cuando se proponen.

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Cierto, lo considero una plaga apocalíptica, esa del declaracionismo, sale un político o política a decir que van a hacer esto y lo otro y luego nada, y la gente cree que ya está hecho.