
Me fui a la cama muy preocupado, la verdad es que me costó un poco dormirme.
Mi sorpresa fue mayúscula cuando al día siguiente, en el telediario de las tres de la tarde veo que Zapatero recibe a los del sindicato de la ceja y a los premiados con los Goya. Casi que no me lo creo, incluso Sonsoles, muy reacia a aparecer en los medios, se hace la foto con la estatuilla y los artistas. Creo que ya entiendo por qué la noche anterior no se escuchó ni una sola de las reivindicaciones que yo esperaba. Zapatero es amigo de los señores de la ceja, y entre amigos ya se sabe. En cambio, al congreso de víctimas del terrorismo que hace unos días se celebró en Salamanca no aparece, quizá porque Zapatero no sea amigo de las víctimas del terrorismo, o le recuerden a su abuelo.
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