lunes, 3 de mayo de 2010

Las manifestaciones del primero de mayo

He seguido, con cierto interés, este fin de semana las noticias relacionas con las manifestaciones del primero de mayo. He estado expectante para ver y leer las reivincaciones de los sindicatos CCOO y UGT.
Las manifestaciones que se han desarrollado a lo largo de todo el país me han parecido un verdadero fracaso de público. En la capital de España, Madrid, se calcula que asistieron siete mil personas, y en nuestra ciudad, Jaén, alrededor de trescientas, según el periódico Jaén.
Se puede argumentar en contra de la poca asistencia, que el primero de mayo fue el inicio de un largo puente, y como empieza a hacer calor, los trabajadores prefirieron descansar y desplazarse a las zonas de asueto. Aunque, posiblemente, la falta de manifestantes sea debida al desinterés de los sindicatos ante la crisis económica, y de trabajo que estamos sufriendo.
No he visto en ninguna pancarta la fatídica cifra de 4.600.000 parados que hay en nuestro país, tampoco la cifra de 1.200.000 hogares donde todos sus miembros están en paro, ni los 1.100.000 parados que hay en nuestra comunidad autónoma, Andalucía. Me parece que para sentirse representado por los sindicatos algunas de estas cifras tendrían que haber salido a la calle. La causa por la que no han salido, todos lo sabemos.
El sábado pasado en un periódico de tirada nacional leí una entrevista que le hacían a al presidente del Comité de Empresa de Ford, Juan Luis Navarro. La entrevista no tiene desperdicio, no se puede esperar menos de un sindicalista de un país donde tenemos el mayor índice de paro de toda Europa, el 20%. Pero lo que más me chocó fue la respuesta a la pregunta: "Menos para el parado, ¿por qué los lunes empiezan los domingos?". El entrevistado responde: "Porque el trabajo es una maldición. Trabajar no es el estado ideal del hombre. El domingo, de pronto, te debes acostar porque al día siguiente... Mal asunto. No tiene arreglo".
No me extraña el fracaso de las manifestaciones del sábado, si los sindicalistas opinan, como este señor, que el trabajo es una maldición. Así lo raro hubiera sido que aparecieran las cifras del paro en las pancartas, mejor vivir sin trabajar que trabajando. El Presidente del Comité de Empresa de Ford no conoce nada de la filosofía del trabajo.

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