Comentario que hice el lunes 26 de abril en Radio Jaén.
La semana pasada el ministro de educación, Ángel Gabilondo, presentaba un borrador de la futura ley de educación. Por todos es sabido que la educación en nuestro país hace aguas, y como está en una situación crítica, es necesario un pacto con todas las fuerzas políticas, y de todos los implicados en este tema, tan importante, después de la crisis.
Ángel Gabilondo es un ministro que ha ejercido la enseñanza, y tiene buenas ideas y ganas de reformarla, pero se encuentra con un pequeño grupo en su partido, que no es partidario de un gran pacto con el partido popular.
A los primeros que hay que incluir en este gran pacto sobre la educación serían los padres. Los padres son los primeros que sufren por la enseñanza. Ellos piden más autoridad para los profesores y elección de centro donde llevar a sus hijos.
¿Qué se está haciendo para que los profesores tengan más autoridad en clase? ¿Por qué un padre no puede llevar a su hijo al colegio que él crea conveniente? ¿Qué se está haciendo para arreglar los problemas en los colegio donde los padres no quieren que vayan sus hijos? Estas preguntas se las hicieron hace muchos años en el norte de Europa, el referente de la educación en nuestros días, y allí no gobernaban los de la derecha, gobernaban los partidos socialdemocráticos.
Realmente la educación en España necesita una reforma, pero los políticos antes deben de escuchar a padres, profesores y alumnos. ¿Por qué tenemos diecisiete leyes de educación en España? Quizá sea bueno que el gobierno recupere competencias, y así será más fácil unificar.
Con la educación debemos de ir a más, y no quedarnos en lo mínimo. El viernes leía unas declaraciones de Ángel Gabilondo que decía que en la asignatura de Lengua Española lo importante es que finalizada la ESO, los alumnos comprendan y se expresen con corrección oral y por escrito en lengua castellana, la verdad es que me parece muy poco, debemos de poner el listón mucho más alto más alto, porque si no, nos quedaremos con una ley de mínimos.
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