Ayer me llamó por teléfono mi tía Águeda, por el tono de voz me di cuenta que estaba un poco molesta. Al preguntarle la causa me preguntó lo siguiente: -¿Por qué somos tan interesados? Me contó que ella habitualmente iba a comprar el pan al mismo lugar, una panadería situada cerca de su casa. Cuando la dueña de la panadería la veía por la calle la paraba y le preguntaba por la salud, marido, hijos, perro, etc. Hace 15 días el médico le ha prohibido que coma pan, por lo tanto, haciéndole caso al galeno ha dejado de consumirlo, y por lo tanto no entra en la panadería. Mi tía se queja que ahora la panadera, cuando pasa por su lado, no la saluda. Y ella se pregunta si la saludaba por interés o por amistad. Yo le he dicho que es una pena, que hay mucha gente que vive por el interés y que cuando el médico le diga que puede comer pan cambie de panadería.
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