El pasado 20 de agosto mi padre cumplió 84 años. Tal como hice con mi madre, invité a mis amigos y conocidos para celebrar la fiesta. Tomamos una cena fría, y después, como es habitual en los cumpleaños, nos tomamos la tarta de cumpleaños. Los que mejor se lo pasaron y más disfrutaron fueron, como siempre, los niños.
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