La semana pasada fui a una reunión de trabajo a Sevilla. A la altura de Carmona, en la autovía de Andalucía, me paró la Guardia Civil de tráfico. El agente, después de saludarme, me pidió la documentación. Desde el momento que le di el carné de conducir comenzó a llamarme Gabriel, cosa que me gustó mucho. Me fue pidiendo más documentos, y me llamaba por mi nombre. Felicitar a la Guardia Civil por este hecho, que creo es una innovación, porque nunca me lo habían hecho. Para ser sincero, debo decir que me llamaba "Graviel", pero bueno, un pequeño fallo.
Por cierto, no cometí nunguna infracción, simplemente era un control de tráfico.
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