Por la tarde, paseando por Jódar, me he encontrado con Antonio, me ha invitado a una cerveza. Le he visto un poco nervioso y le he preguntado a qué era debida su intranquilidad. Me ha dicho que lleva tres meses intentando darse de baja de una compañía telefónica, y no hay manera.
Me parece que el mundo está al revés, te puedes divorciar en un mes, y en tres meses no hay manera de darse de baja de una compañía telefónica.
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