domingo, 9 de enero de 2011

Buscando en la basura para comer

Durante estos días de Navidad me he encontrado dos veces con la misma escena. El día 25 de diciembre a mediodía, en mi pueblo, vi un señor de unos 60 años, que buscaba en la basura algo para comer. Lo mismo me ocurrió el día 7 de enero, en este caso en la capital, en la calle Millán de Priego. La protagonista era una señora de unos 30 años. 
Por lo que vi, ninguno de los dos buscaba cupones de la ONCE premiados, como ha ocurrido en la ciudad Alavesa de Llodio, donde un vendedor de la ONCE tiró a la basura unos cupones premiados con nueve millones de euros. 
Según el vendedor, Antonio González, se volvió loco buscando los boletos premiados. No le importó vaciar el contenedor de basura que tenía cerca de casa para encontrar  los cupones. Ni corto ni perezoso y ante el pasmo general, puso el contenedor boca abajo y separando cabezas de marisco, raspas de pescado y restos del asado de Nochevieja dio con los boletos de manera casi milagrosa.
Volviendo a las escenas que yo he contemplado estos días, creo que se está haciendo muy poco para remediar que personas que están a nuestro alrededor no pasen hambre, y tengan que recurrir a algo tan humillante como buscar en los contenedores de basura.
El sábado pasado leí una carta en el periódico Jaén, de un lector que decía que a los pobres de Jaén les echa una mano Cáritas, el banco de alimentos, Cruz roja, alguna que otra ONG, y algunas personas particulares, pero no es suficiente. El lector escribía: "Existen otros colectivos, que han realizado actos solidarios. Me gustaría resaltar lo realizado por los empleados de una Entidad de Ahorro, que han renunciado con generosidad al detalle navideño que reciben de su empresa, para repartirlo a 800 familias en apuros económicos, y el detalle de una Asociación de Vecinos, que ha empleado el dinero de la comida de convivencia con sus socios y vecinos, para repartir 4.000 euros, entre familias desfavorecidas de su mismo barrio." 
También el lector del Jaén se quejaba que los políticos y sindicalistas no hacían nada por lo pobres. Cosa que yo suscribo, porque sobre todo los primeros, son los responsables de la pobreza humillante de nuestros paisanos.
Tenemos que examinar nuestra actitud ante la pobreza que está a nuestro alrededor, y algo tendremos que hacer. 

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