martes, 29 de junio de 2010

Las vacaciones de verano



Comentario que hice el día 28 de junio en Radio Jaén de la cadena SER.

Como se ha acabado el curso escolar, había pensado hacer mi comentario sobre el tiempo libre del verano, y por casualidad, me he encontrado un texto sobre el mismo tema de José Luis Villagrán, Coordinador de Actividades docentes del colegio Altocastillo, que paso a leer: "Cuando termina el curso los más jóvenes se encuentran sin el marco diario que han tenido durante todo el año: clases, estudio en casa,… Es como una liberación, que pronto se muestra menos atractiva de lo que prometía, porque ese tiempo, que antes llenaban las obligaciones escolares, ahora hay que llenarlo con otras cosas. A poco que nos descuidemos, estas otras cosas acaban siendo “gandulear” un poco (o un mucho) con la hora de levantarse, horas y horas de televisión, videojuegos,… y los padres nos ponemos nerviosos, porque no sabemos qué van a hacer nuestros hijos con tanto tiempo libre.
En vacaciones hay que descansar, ¡para eso están!, lo que ocurre es que descansar no es sinónimo de no hacer nada. Conviene aprovechar ese tiempo para hacer actividades diferentes, más agradables, o simplemente cosas que en el tiempo escolar no se pueden hacer. Pero tampoco se trata de saturar a los hijos de manera que empiecen el curso ya agotados.
Por otra parte, las vacaciones compartidas de hijos y padres son una ocasión para convivir familiarmente de un modo más intenso, difícil durante el curso por los horarios de unos y otros.
Algunas sugerencias prácticas podrían ser:
• Flexibilizar horarios,… ¡pero tener horario! Para levantarse, para acostarse, para ayudar en casa, para repasar si se necesita o estudiar un poco, para la tele, para la Play, para el ordenador, para el baño,… Disfrutar el ocio es en buena parte fruto de vivirlo con un poco de orden; si no, se van las horas y se descubre con frustración que no se ha hecho nada y, lo peor, que nos hemos aburrido soberanamente.
• Fomentar la lectura de libros apropiados a la edad de cada hijo, y también para los padres, porque no hay nada que más motive a los hijos hacia la lectura que ver que sus padres leen. Y si se comentan libros en casa, si los libros leídos son tema de conversación, mucho mejor.
• Promover el trato con los amigos y las actividades al aire libre: deporte, excursiones,…
• Organizar el horario para convivir más: comidas compartidas, actividades en familia (excursiones, algún viaje,…), tertulias o momentos para hablar con los hijos, quizás después de comer o cenar, cine en familia,…
• Aprovechar las oportunidades que hay para que los hijos participen en campamentos o similares, siempre que nos conste que el ambiente y valores que van a vivir son acordes con los que vivimos en casa.
• En ocasiones, aprovechar algunas opciones de vacaciones con otras familias de estilo parecido a la nuestra (valga como ejemplo el “Verano Diferente” que se organiza cada año en Sierra Nevada). Es una opción en alza, cada vez más.
El verano no es un tiempo neutro. No hay tiempos neutros en educación; siempre, en toda circunstancia, nuestra forma de actuar educa o deseduca. Y el verano no podía ser menos. Es una ocasión de oro que no podemos dejar ir".
Desearles que pasen un buen verano, y que decirles que ha sido un placer por mi parte asomarme semanalmente a esta Colmena de Radio Jaén.

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