domingo, 29 de julio de 2007
El ángel de la guarda
Tengo un conocido, Miguel, que es muy devoto del ángel de la guarda. Este amigo trata mucho a su ángel y le pide favores, que siempre le concede. Ayer me contó el siguiente sucedido. Ahora, en pleno verano, en Andalucía hace mucho calor, y por las noches es imposible dormir. Mi conocido se acostó, abrió la ventana de su habitación e intentó dormir, pero no había manera, hacía mucho calor. Pasados unos minutos, apareció una ligera brisa, y el protagonista de la historia dijo: -“Mira que bien, esta noche podré dormir”. Con la brisa, en la casa de enfrente, que está deshabitada, una ventana abierta daba golpes, y era imposible dormir. Miguel le pidió a su ángel de la guarda que hiciera algo, para poder dormir. A los dos minutos la brisa pasó de largo, la ventana dejó de hacer ruido, y Miguel se durmió plácidamente.
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