El pasado 29 de septiembre, día de la huelga general, fue mi santo, san Gabriel. Fueron tantos los amigos y conocidos que me felicitaron que no di abasto a dar las gracias. Muchos me llamaron por teléfono, y les di las gracias sobre la marcha. Pero, un grupo muy numeroso me envió un mail o un SMS, A estos no les he contestado, ni les he dado las gracias. Más de un amigo, con razón, me ha leído la cartilla. Tienen razón, no lo he hecho bien. Desde aquí doy las gracias a todos las personas que me felicitaron, y no les pude dar las gracias. Desolé.
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