lunes, 2 de noviembre de 2009

Guardar las fiestas y tradiciones

Comentario que haré el día 2 de noviembre en el programa Hoy por Hoy de Radio Jaén
Tengo un amigo que dice que no es bueno renunciar a las tradiciones. Y es verdad, porque en las tradiciones y costumbres populares están las raíces de nuestra propia identidad, y una forma de rendir culto a nuestros antepasados. Todos los pueblos, comarcas, provincias, regiones y países tienen sus tradiciones, las cuales por ser diferentes, identifican esos pueblos, comarcas, provincias y países. Es muy bueno que las conservemos y que las fomentemos, a la vez que se las enseñamos a nuestros sucesores, e intentemos que las practiquen como hacemos nosotros. Después de esta pequeña introducción, me explico, y concreto para que se me pueda entender.
Hace unos días saltó a los medios de comunicación, que en Cataluña quieren convertir las fiestas de Navidad en las vacaciones de invierno, y las de Semana Santa en las vacaciones de primavera. Gracias a Dios, la propuesta no siguió adelante, por la alarma social que generó, y porque, algunas voces de prestigio dijeron que era una desfachatez cambiar el nombre de unas fiestas que hace 2000 años estamos celebrando como Navidad y Semana Santa.
Algo parecido ocurre con la prohibición de los crucifijos, y hacer belenes en los colegios en las fiestas de Navidad. Algunos políticos los han prohibido, y los niños no hacen belenes en el colegio, pero sí en sus casas.
Los que están en contra de esta tradición, argumentan que es un motivo religioso, y la escuela debe de ser laica, y no se deben promover manifestaciones interiores de las personas.
En cambio, y a los periódicos me remito, sí que se hacen y promueven en los colegios fiestas religiosas traídas de otros países como Halloween, que como todos sabemos es de fantasmas y brujas.
Dejémosnos de tradiciones de otros países y fomentemos las nuestras. En estos días de santos y difuntos debemos de practicar las visitas a los cementerios, donde reposan nuestros seres queridos; los huesos de santos; los buñuelos; la cena de la noche de los Santos, y el consiguiente tapado de las cerrajas con las gachas que sobran, etc. Un repaso por la historia y las tradiciones nos informa de que las actuaciones funerarias eran algo usual estos días. Recuerdo de pequeño las representaciones del día 2 de noviembre de Don Juan Tenorio de Zorrilla, que está unido a nuestra historia nacional, y sobre todo, al teatro del día de difuntos. Es una pena que vaya a menos, y casi se haya perdido, porque era una manera de fomentar el teatro en este día.
Hagamos como las familias, celebremos primero nuestras fiestas y tradiciones, y después, si lo vemos conveniente, la de los demás.

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