El pasado sábado, día 7, el Papa Francisco convocó un día de ayuno y oración por la paz en Siria y el mundo, porque se veía inminente que USA atacaría a Siria.
Han pasado unos días, y los medios de comunicación no hablan del ataque. Es más, parece que el tema se ha aplazado.
Me da la impresión que el día de ayuno y oración tendrán algo que ver, aunque sea muy poco.
Ayer me contaron la siguiente anécdota: Unos integristas secuestraron a un sacerdote católico. A los pocos días le dijeron que si quería conservar su vida, debería renunciar a su fe. Pasaron 24 horas y el sacerdote al ser preguntado, dijo que no renunciaba. Le volvieron a dar de plazo otras 24 horas. Cuando llegó el momento, lo mismo de la vez anterior. Uno de los secuestradores le preguntó porqué no lo hacía. El sacerdote le respondió que la religión católica dice que tenemos que amar a los enemigos. Al oir esto, los secustradores lo dejaron libre.
Al volver a su pueblo, el sacerdote vio que la iglesia estaba iluminada. Se dirigió hacia ella, y vio que todo el pueblo estaba dentro. Llevaban desde el día del secuestro rezando por su sacerdote.
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