Comentario que haré hoy en Radio Jaén.
Dicen los manuales de urbanidad y de buenas costumbres que cuando alguien viene a nuestra casa, lo debemos de recibir tal como se merece, incluso si es una persona, que por lo que sea, no nos hace mucha gracia.
También dicen los manuales y el sentido común, que si alguien viene a nuestro domicilio de visita, y lo sabemos con antelación, es una falta de educación abandonar nuestra casa, para que cuando llegue el que nos hace la visita nosotros no estemos.
También dicen los manuales que si nos vamos a otro lugar, no debemos hacerlo público, porque la otra persona puede sentirse despreciada.
Me estoy refiriendo a la visita del papa Benedicto XVI a España. El presidente de todos los españoles, no ha asistido a ninguno de los actos que el pontífice ha tenido en nuestro país. Es más, el sábado el día de la llegada de Benedicto XVI a Santiago de Compostela, el presidente del gobierno se desplaza a Afganistán, a pasar el día con las tropas españolas allí desplazadas, cosa que me parece fenomenal, pero que lo hubiera hecho otro día.
Es notorio el desprecio que el presidente de todos los españoles les ha hecho a Benedicto XVI, y a todos los católicos. Yo entiendo perfectamente que Zapatero sea agnóstico o ateo, pero es el representante de todos los españoles, y tendría que haber estado en alguno acto de los programados en la visita papal. Recordar que la mayoría de los habitantes de este país profesa la religión católica y Benedicto XVI es el máximo representante de esa confesión, además de un jefe de estado.
Si Zapatero hubiera asistido a algún acto de los que ha presidido el Papa, no le hubiera pasado nada, con el Papa lo único que se hace es rezar, y Zapatero ya tiene experiencia del día de oración con Obama.
Tengo un amigo que decía en el 2004, al ser elegido Zapatero presidente del gobierno, que creía en el talante del presidente. Yo me pregunto ¿dónde está el talante?
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