Ya ha empezado la campaña electoral en Cataluña. Y como en todas las campañas electorales, que se precien, los diferentes dirigentes políticos se tiran los trastos a la cabeza, aunque al final acaban siendo amigos, y se van juntos a comer, a pesar de ser de diferentes partidos políticos.
Ayer, el presidente del partido independentista Esquerra Republicana de Cataluña, Juan Puigcercós, en un mitin en la Seu de Urgell hablando de economía dijo: "En Madrid hay una fiesta fiscal, y en Andalucía no paga impuestos ni Dios".
Me da la impresión de que este independentista se ha pasado como mínimo cien pueblos, porque unas declaraciones como esas son una ofensa a Andalucía y a los andaluces, más que nada porque es mentira lo que dice.
Los andaluces pagamos el IRPF de nuestro trabajo y de nuestras hipotecas, religiosamente. También pagamos impuestos cuando compramos carburante, una cajetilla de tabaco, alcohol, cuando vamos al supermercado, el impuesto de sucesiones, etc. Pagamos los mismos impuestos que todos los españoles, y los mismos que debería pagar el señor Puigcercós.
El señor Puigcercós le ha faltado el respeto a los casi 8 millones y medio de andaluces con esas declaraciones, y nuestros políticos, sobre todo el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, debería de pedirle explicaciones, y que rectifique sus palabras.
Otra cosa que debería de hacer el independentista Puigcercós es devolver el dinero que le da el estado español a su partido, como subvención, que por cierto, este año ha sido un 30 % más que el año pasado. Y si no quiere devolverlo, el año que viene que le den de menos la parte proporcional que le corresponde por Andalucía, ya que según él no pagamos impuestos.
Buena le ha caído a los catalanes con este señor, que según se ve en las encuestas su formación política va a dar un bajonazo de escaños en el Parlamento catalán, y yo, como andaluz, que paga impuestos, me alegraré.
1 comentario:
Sí, efectivamente, estas declaraciones son muy ofensivas para los andaluces. Claro que esas tonterías no se le ocurren nada más que a cuatro descerebrados y, entre ellos, al señor Puigcercós que, además, es un bocamoll, como él diría.
Enhorabuena, Gabriel, por tu comentario.
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