Señora juez, María Dolores Barragán:
Hace unos años mientras tomaba un café con un amigo, me comentó que estaba preocupado. Yo le pregunté la causa de su nerviosismo. Él me dijo que tenía entre manos un asunto de juzgado, y que le había tocado el juzgado de instrucción nº 2 de Úbeda, y que ese juzgado tenía “presuntamente” fama de ser muy lento, que las demandas se dormían en el palacio de justicia.
Ahora, me entero por los medios de comunicación, que a usted el Tribunal Supremo le ha confirmado la suspensión impuesta por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por abuso de su condición de juez, ya que abrió diligencias al dueño de un establecimiento de Úbeda, que no quiso cambiarle un perfume, que usted había comprado y que creía que era falso.
Los hechos sucedieron cuando usted a finales de junio del 2008 compró un perfume en un establecimiento y, tras entender que "no ofrecía la fragancia que esperaba" mandó a su empleada doméstica a que lo devolviera y recuperara el importe, que eran 49,95 euros. El vendedor no accedió a su petición argumentando que había usado ya el frasco.
Su señoría, que en esos momentos estaba de guardia, abrió diligencias contra la tienda por un presunto delito contra la propiedad industrial, y ordenó una entrada y registro de los dos locales propiedad del comerciante, aduciendo que en él se vendían perfumes falsificados.
El dueño de la tienda, pese a que le devolvió el importe del perfume, llegó a ser citado como imputado ante el juzgado, si bien las diligencias fueron finalmente archivadas. El fiscal de Úbeda puso los hechos en conocimiento de la Fiscalía provincial que, a su vez, lo remitió a la Fiscalía del TSJA y esta al Consejo General del Poder Judicial.
Señora juez, hay varias cosas que me chocan en su caso:
Primera. La rapidez con la que usted abrió dirigencias para “ empapelar” al dueño de la tienda.
Segunda. Que usted misma pusiera la denuncia en su propio juzgado, aprovechando que estaba de guardia.
Tercera. Que usted hiciera servir su condición de juez, para amenazar al dueño de la perfumería. “Me devuelve el dinero sí o sí”
Cuarta y más grave. Que actuara a sabiendas de que estaba haciendo algo mal. Porque señora juez. No se puede ser juez y parte.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal mantiene la suspensión durante un año, y la prohibición de concursar por el mismo tiempo, y su traslado a otro juzgado distante a más de cien kilómetros de Úbeda "por inobservancia del deber de abstención a sabiendas de que concurre causa para ello".
Alguna prensa deseaba, que usted hubiera sido retirada de la justicia para siempre.
Por lo tanto, dé gracias por lo que la han condenado. Y en el futuro, tenga mucho cuidado, porque si no, vamos a pensar, como en su día dijo el alcalde de Jerez, Pacheco, “que la justicia es un cachondeo”.
Por cierto, me ha llamado mi amigo mientras redacto esta carta, y me ha dicho que a la juez que presuntamente se le dormían los papeles en el palacio de justicia era usted. El caso de mi amigo, se resolvió cuando falleció su padre, porque pasó el tiempo y nadie hizo nada.
Ya se ve que aquí ha funcionado la ley del embudo, ancho para mí, y estrecho para los demás.
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